Nuestro cerebro categoriza información para predecir el comportamiento de los demás. Categorizamos a las personas para poder movernos con mayor seguridad en entornos sociales y, sin esta habilidad, serÃa muy difÃcil ser funcional en nuestra sociedad. Sin embargo, esta habilidad para categorizar rápidamente a las personas puede dar lugar a estereotipos negativos y etiquetas.
Hoy me gustarÃa hablar de las etiquetas que algunas veces, sin darse cuenta, los papas ponen a sus hijos. Con mucha frecuencia decimos frases como: “es un mentiroso”, “es muy estudiosa”, “es un desastre”, “es el listo de la familia”…sin considerar la influencia que pueden tener sobre los más pequeños.
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