¿Qué es la ansiedad?

Aprender a Relajarse I

Este es el primer capitulo de una serie sobre la ansiedad, espero que os resulte útil.

La llamamos de maneras distintas, estrés, agobio, angustia, nervios… pero todos la conocemos ¿quién no ha sentido un nudo en el estómago minutos antes de un examen? ¿A quién no se le acelera el corazón cuando tiene que enfrentarse a una situación difícil? Pero, ¿qué es realmente la ansiedad?

¿Qué es la ansiedad?

Si has llegado hasta aquí, probablemente consideres tu ansiedad algo negativo que está interfiriendo en tu vida. Pero lo cierto es que la ansiedad, por sí misma, no es algo malo.   La ansiedad es la respuesta normal de nuestro cuerpo a determinadas situaciones. Es una respuesta adaptativa que ha permitido a nuestra especie sobrevivir y evolucionar.

Imaginemos un hombre primitivo que está caminando en busca de comida y se encuentra con un depredador. Su cuerpo inmediatamente se prepara para sobrevivir, desencadenando toda una serie de reacciones fisiológicas: segrega hormonas, sube la presión arterial, aumenta la glucosa en sangre y la coagulación sanguínea, el corazón comienza a trabajar a toda velocidad, bombeando sangre a los músculos para obtener la energía necesaria para luchar/huir, todas las funciones no esenciales se detienen, incluso se produce un aumento de la actividad mental. El cuerpo se esta preparando para hacer frente al problema.
 

 
Todas estas reacciones son extremadamente útiles para nuestra superviviencia, nuestro cuerpo sabe exactamente que es lo que tiene que hacer para maximizar las posibilidades de sobrevivir.

 

Cuando la ansiedad se convierte en un problema

Por tanto, todas las personas sienten ansiedad en algunos momentos de su vida, es necesaria y nos ayuda a enfrentarnos con éxito a los cambios y demandas del ambiente. Sin embargo, en algunos casos la ansiedad deja de ser adaptativa y se convierte en un problema.

Eso ocurre, por ejemplo, cuando nuestra “alarma” se activa ante un peligro que no es real, que no es una verdadera amenaza para nosotros o que no ha ocurrido todavía. Es lo que yo llamo nuestro “tigre mental”. Un ejemplo sería cuando tengo que hacer un viaje importante y empiezo a preocuparme varios días antes por todo aquello que puede salir mal: “quizás no me despierte a tiempo, puede que olvide el pasaporte, seguro que me olvido del dinero y tengo un problema…” Este tipo de pensamientos catastrofistas aumentan mi ansiedad y lo que es peor, NO TIENEN PORQUE SER VERDAD. ¿Porqué me preocupo por algo que puede que nunca llegue a suceder? Como dijo Julio César “Cuando lleguemos a ese río, cruzaremos ese puente”.

Mi ansiedad se puede convertir también en un problema cuando es tan intensa que me bloquea, impidiéndome actuar y enfrentarme al problema. En el caso del hombre de la prehistoria, ¿que ocurriría si se bloquea frente a un depredador? Basicamente, adiós muy buenas. Lo mismo me puede ocurrir a mi frente a un examen, una entrevista de trabajo o el chico ese que tanto me gusta.

Un último caso en el que la ansiedad es desadaptativa es cuando se extiende a lo largo de mucho tiempo. Mi cuerpo no está preparado para sufrir los efectos de la ansiedad a largo plazo, de modo que puede provocar consecuencias. Los más habituales son los trastornos del sueño, dolores musculares, problemas de estómago y quizás depresión, pero también se ha demostrado su relación con enfermedades cardiovasculares, neurológicas, otros trastornos mentales, etc.