PREOCUPACIONES EN UN VASO DE AGUA

Según Daniel Goleman en su libro “inteligencia emocional” nuestras preocupaciones tienen una función adaptativa. Preocuparse es la forma que tiene nuestro cerebro para prepararnos ante situaciones altamente demandantes. La preocupación, por tanto, conlleva anticipar peligros y evitarlos pero entonces, ¿porqué a veces no puedo manejarlas?

 

El estrés en un vaso de agua

Un psicólogo en una sesión grupal levantó un vaso de agua, todo el mundo esperaba la típica pregunta: ¿Está medio lleno o medio vacío? Sin embargo, preguntó esto otro: “¿Cuánto esfuerzo hay que realizar para sostener este vaso de agua?”

Las respuestas variaron entre poco y nada. El psicólogo respondió: “El esfuerzo depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo un minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo, si lo sostengo casi todo un día, mi brazo se entumecerá y deberé hacer un gran esfuerzo para seguir sosteniéndolo. El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más esfuerzo debo hacer, y más difícil de soportar se vuelve.”

Y continuó: “Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. Si piensas un poco más empieza a dolerte la cabeza y si piensas en ellas casi todo el día, sintiendo que no puedes hacer nada al respecto, acabarás paralizado, de mal humor, y lleno de estrés”.

Esta pequeña historia nos sirve para ilustrar un problema muy común: no siempre sabemos soltar en vaso.

vaso de agua estres ansiedad

 

Las preocupaciones

Las preocupaciones son una respuesta normal en muchas circunstancias de la vida. Es comprensible que nos preocupemos. En realidad, nuestras “preocupaciones” tienen una función adaptativa: anticiparnos a las consecuencias para estar preparados.

Sin embargo, algunas personas se preocupan en exceso. Es decir, sus preocupaciones han perdido su función adaptativa bien porque se mantienen excesivamente en el tiempo, porque son desproporcionadas, etc. En estos casos, pueden ser una gran fuente de estrés y ansiedad y producir un deterioro significativo en la vida de las personas.

 

Algunos consejos para manejar mis preocupaciones

1. Vive en el momento presente. Porque es el único lugar dónde esta ocurriendo algo. No merece la pena sufrir ahora por un acontecimiento de baja probabilidad que puede que nunca ocurra. Como dice un proverbio chino: “Si el problema tiene solución no merece la pena preocuparse y si no puede resolverse, ¿para que preocuparse?”

2. Mantén una actitud positiva. Confía en tus capacidades para capear el temporal y deja de imaginar siempre que ocurrirá lo más temido.

3. Realiza actividades placenteras. Busca actividades que distraigan tu mente y sean agradables. Una buena idea es practicar algún deporte.

4. Busca ayuda. Si a pesar de todo, sientes que tus preocupaciones te superan y no eres capaz de manejarlas adecuadamente no dudes en consultar a un profesional.

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