MENS SANA IN CORPORE SANO

Juvenal no se equivocaba cuando escribió “mens sana in corpore sano”. haciendo referencia a la necesidad de que ambos, mente y cuerpo, estén equilibrados. La ciencia descubre cada día nuevos indicios de que el ejercicio físico y la dieta tienen una gran relevancia para tener una “mente sana”

Obesidad y depresión

Existe una estrecha relación entre obesidad y depresión: la primera se asocia con un riesgo mayor de sufrir depresión y esta a su vez con una mayor probabilidad de desarrollar obesidad. Además, aunque no se considera un trastorno mental por sí misma, la obesidad se relaciona también con mayores niveles de ansiedad, peor autoestima, distorsiones de la imagen corporal y diferentes trastornos de la alimentación, de los que puede ser además  causa o consecuencia.

Un estudio actual parece indicar que la dieta mediterránea puede reducir el riesgo de depresión entre un 40% y 50% e investigaciones actuales parecen indicar que consumir alimentos ricos en un aminoácido llamado triptófano podría ayudarnos a mejorar nuestro estado de ánimo.




 

Comer para ser feliz

Como hemos visto existe una estrecha relación entre la dieta y nuestra felicidad pero, además, es necesario comer bien para nutrir nuestro cerebro. Es absolutamente imprescindible tener una dieta equilibrada que incluya vitaminas, minerales  y oligoelementos para  su correcto funcionamiento. 

Nuestro cerebro consume alrededor de un 20% de la energía total del organismo y se alimenta principalmente de glucosa, que se obtiene tras metabolizar los hidratos de carbono. Esto nos demuestra, por ejemplo, que no son nada convenientes las dietas que prohiben los hidratos y es que, una alimentación sana, variada  y equilibrada, además de ayudarnos a sentirnos bien físicamente nos ayudará a mantener una buena “salud mental”.

Mente y deporte

La actividad física contribuye a nuestro bienestar físico pero, algo desconocido por la mayoría, también contribuye en gran medida a nuestro bienestar mental. El ejercicio físico puede mejorar el estado de ánimo, disminuir los niveles de ansiedad y ayudar a combatir el insomnio. Además mejora nuestra autoestima y puede atenuar el declive cognitivo que ocurre con la edad.

Aunque la vida moderna de coches, ascensores y horas de televisión provoca que nos movamos cada vez menos, lo cierto es que poner a trabajar los músculos es esencial para nuestro cerebro.

Recomendaciones

  • Comer en familia y en un ambiente relajado
  • Tener un horario ordenado y realizar 5 comidas al día
  • No asociar la alimentación con estados emocionales negativos o el aburrimiento
  • Hacer deporte habitualmente
  • Disminuir el consumo de harinas refinadas, azucares sencillos, pastelería, carnes grasas, licores…
  • Incrementar el consumo de fruta, verdura, cereales integrales, pescado…