Hace algún tiempo hablabamos de “las cadenas que nos atan” y del cuento del elefante encadenado. Este cuento hace referencia a un fenómeno muy conocido en el mundo de la psicologÃa: la indefensión aprendida.
La indefensión aprendida es la consecuencia de creer que nuestras acciones no tendrá ninguna influencia sobre los resultados. Esta conducta se aprende y puede tener terribles consecuencias en nuestra vida y nuestros estados de ánimo. Una persona que se percibe incapaz de transformar una situación desagradable permanecerá pasiva y aceptará su destino, aunque las circunstancias cambien y exista una posibilidad real de modificar la situación aversiva.
Esta teorÃa se relaciona con la depresión clÃnica y otras enfermedades mentales pero también tiene otras implicaciones fuera del contexto clÃnico, por ejemplo, el ámbito académico, personas que sufren malos tratos, personas con enfermedades crónicas o las vÃctimas de genocidios.
Cómo evitar la indefensión aprendida
- El primer paso para hacerlo es darse cuenta. Si no somos conscientes de que algo ocurre, difÃcilmente podremos cambiarlo.
- Un segundo paso es convencerse de que el cambio es posible. Rompe las cadenas e inténtalo de nuevo, no te des por vencido.
- Procura ser optimista, no te predispongas al fracaso. Si crees que no lo lograrás, el fracaso está prácticamente asegurado pero te estás negando la oportunidad.
- Intenta ver los fracasos como algo “circunstancial” y no “general”. Analiza que ha podido fallar y busca nuevas soluciones, vuelve a intentarlo.
- Cree en ti mismo y se consciente de tus éxitos. A veces minimizamos nuestros logros y magnificamos los fracasos, evita esa actitud. Tus éxitos son importantes, valoralos como se merecen
A continuación os dejo un vÃdeo que explica muy bien como se produce la indefensión aprendida con un ejemplo muy sencillo.