EXPERIMENTO DE ASCH: LA CONFORMIDAD

“La conformidad es el proceso por medio del cual los miembros de un grupo social cambian sus pensamientos, decisiones y comportamientos para encajar con la opinión de la mayoría”

Solomon Asch

 

Hace un tiempo hablábamos de Milgram y su experimento sobre como podemos cambiar nuestra conducta a través de la presión directa de una figura de autoridad… ¿Qué ocurre cuando la presión no es tan explícita?¿Puede un grupo conseguir sutilmente que cambiemos de opinión? ¿Existe la presión de grupo?

 

La influencia social

Solomon Asch fue uno de los pioneros de la psicología social. Él y sus colaboradores pidieron a varios estudiantes que participasen en un experimento sobre percepción. En realidad era un experimento sobre conformidad y todos los participantes menos uno eran cómplices del experimentador. El experimento consistía en indicar en un conjunto de tres líneas de diferente tamaño (tarjeta de la derecha) cual tenía el mismo tamaño que otra linea de prueba (tarjeta de la izquierda).

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Parece fácil y, de hecho lo es, pero tiene trampa. Como ya hemos dicho antes, todos los participantes del experimento menos uno eran cómplices del investigador, y tenían instrucciones de dar de forma unánime una respuesta incorrecta.

 

Resultados del Experimento Asch

El experimento se repitió con 123 estudiantes y los resultados de Asch muestran que:

  • Los sujetos que no estaban expuestos a la opinión de la mayoría no tenían ningún problema en dar la respuesta correcta. En ese caso, solo un pequeño porcentaje de participantes daban una respuesta errónea (1%).
  • La presencia del grupo hacía que esa cifra se elevase hasta el 36.8% y que una amplia mayoría demostrase incomodidad a pesar de resistirse a la conformidad.
  • Cerca de un 25% de los sujetos no cedieron nunca a la presión de grupo.
  • Cuando los cómplices no emitían un juicio unánime era más probable que el sujeto disintiera que cuando estaban todos de acuerdo.
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Este sencillo experimento aportó evidencia empírica a las teorías sobre la influencia social y se ha replicado muchas veces con resultados similares.

La conclusión es unánime: estamos mucho más condicionados de lo que creemos. Somos criaturas sociales con una gran necesidad de pertenencia a un grupo y de aceptación. A veces, ser diferente puede tener un precio demasiado alto.

 

Si quieres saber más sobre la conformidad:

Influencia social

La envidia y el síndrome de Solomon