La elección de una carrera universitaria puede resultar sencilla para algunos pero, para otras personas supone un verdadero quebradero de cabeza. Elegir que estudiar es una decisión personal que nadie puede tomar por ti, pero quizás algunas claves puedan orientarte para que la elección resulte un poco más sencilla.
Una de las razones por las que los estudiantes sufren tanto a la hora de escoger una carrera es el miedo a equivocarse. Ese miedo hace que nos cueste pensar con claridad y que continuemos paralizados, a pesar de que en el fondo, sepamos que es lo que queremos hacer.
Por eso, lo primero y más importante es librarse de ese miedo, ¿Cómo? relativiza, es decir, hazte la siguiente pregunta: ¿Qué es lo peor que puede ocurrir si me equivoco?¿Conlleva un peligro mortal? Esta claro que la decisión de que estudiar es importante pero no es inalterable, permanente ni definitiva. Si no haces la elección adecuada ni va a peligrar tu vida, ni vas a acabar viviendo debajo del puente.
Paso 1. Conócete a ti mismo
Conocerte te ayudará a escoger. Puede sonar a tópico pero la verdad es que tu personalidad e intereses son aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de escoger una carrera. Recuerda que vas a elegir una profesión a la que, si todo va bien, dedicarás muchas horas a lo largo de tu vida; entonces, debe ser algo que interese y que te resulte gratificante. Te ayudará analizar algunas cuestiones:
- Cómo eres: personalidad, valores, que te apasiona, etc.
- Tus gustos y preferencias
- Talentos y habilidades
- Qué valoras en el trabajo, como te ves en el futuro, etc.
Puedes apoyarte en un test vocacional o test de autoevaluación. Estos tests tienen en cuenta tus gustos, aptitudes, actitudes y preferencias para orientarte. No deciden por ti pero pueden ayudarte a reflexionar sobre las cuestiones planteadas.
Paso 2. Busca Información
Es aconsejable informarte sobres asignaturas, universidades y salidas profesionales de cualquier carrera que te interese. te esperan varios años de estudio por delante y, si te gusta lo que estudias, todo será mucho más fácil. Busca información en internet, profesionales, orientadores, ferias, etc.
Si no tienes muy clara tu vocación puedes empezar por descartar aquellas áreas de conocimiento que no te resulten atractivas o que no se te den bien. Todos los grados están agrupados en cinco áreas de conocimientos:
- Ciencias sociales y jurÃdicas
- Artes y humanidades
- Ciencias
- Ciencias de la salud
- IngenierÃa y arquitectura
Cada área requiere una serie de talentos y habilidades especÃficas que debes tener en cuenta. Por ejemplo, si eres habilidoso con los números, posiblemente tu rendimiento será mayor y estarás más satisfecho si optas por estudios relacionados con las matemáticas, ingenierÃas o economÃa; si te gusta ayudar a los demás quizás tu futuro este en la sanidad, etc.
No olvides investigar otras carreras menos conocidas que pueden interesarte.
Paso 3. Ten en cuenta el mercado laboral y tus posibilidades
Hay ciertos aspectos prácticos que no debes olvidar. Imagina que ya has identificado tus gustos y habilidades, has investigado un montón de carreras que encajan con ellos y has seleccionado tres posibilidades. Ahora debes valorar las salidas profesionales y el mercado laboral, quizás entre tus posibilidades hay alguna que tenga mejores posibilidades de futuro. Las posibilidades de encontrar trabajo son importantes pero no son lo único, no olvides considerar las posibilidades de ingreso, las diferentes universidades, la duración de los estudios, posibilidades económicas, etc.
Paso 4. Sigue tu intuición
A pesar de lo que puedes creer, tus emociones, lejos de ser un obstáculo para tomar la decisión adecuada, se consideran actualmente un requisito imprescindible (“hipótesis del marcador somático”). La investigación actual está confirmando que Pascal tenÃa razón al afirmar que “el corazón tiene razones que la razón no entiende”. Esto no significa que las emociones no puedan equivocarse, simplemente debemos tener menos miedo a guiarnos por ellas.
¿Cómo pueden ayudar los padres?
Es importante priorizar la autonomÃa del estudiante, tanto a la hora de escoger la carrera, como la universidad o la ciudad. Esto no quiere decir que los padres no deban participar en el proceso, pero su participación debe orientarse a acompañar y orientar, en caso necesario.
Debemos potenciar el desarrollo personal de nuestros hijos y su autoestima. Podemos ayudarles facilitando oportunidades que contribuyan a su autoconocimiento y a mejorar su confianza, como fomentar aficiones, experiencias prelaborales, responsabilidades domésticas, colaboración en proyectos familiares, etc.Las prisas, por otro lado, son malas consejeras. Tomar una buena decisión requiere mucha información y autoconocimiento. Lo ideal es que nuestros hijos comiencen este proceso antes de acabar la selectividad, no es recomendable esperar a tener los resultados del PSU en la mano.Por último, es recomendable desdramatizar la posibilidad de que no les guste la carrera elegida. No debemos considerarlo un error, sino una fase más en el proceso de desarrollo de nuestros hijos.Â
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