PORQUE LAS DIETAS MILAGRO NO FUNCIONAN

Llega el verano y con el buen tiempo, llegan también el bombardeo de anuncios, dietas milagro y productos infalibles para perder peso. Con la idea de adelgazar rápidamente y al precio que sea, miles de personas comenzarán una dieta este verano sin la supervisión adecuada, con el consiguiente riesgo que ello conlleva y muchas de ellas abandonarán meses después, frustradas y sintiéndose deprimidas, ¿que es lo que he hecho mal?

 

La dieta puede ser parte del problema

La televisión, las revistas, el mundo de la moda…nos han dicho que podemos tener el cuerpo que queremos, basta con nuestra fuerza de voluntad. Pero eso es mentira. Nuestro peso viene determinado genéticamente y cualquier intento por disminuir ese peso por debajo del mínimo afectará a nuestra salud. Por tanto, es importante saber que, igual que no podemos cambiar el color de nuestros ojos, no podemos adelgazar por debajo de nuestro “peso biológico ideal”.

Por tanto, si quieres perder peso debes ponerte en manos de un profesional especializado. Es cierto que algunas personas consiguen adelgazar siguiendo una dieta milagro, pero también es cierto que muchas de ellas vuelven a recuperar el peso perdido y muchas otras no lo consiguen. Es más, para la mayoría de las personas, una dieta hipocalórica puede no ser la solución, incluso convertirse en parte del problema.

Posibles problemas de una dieta milagro con alta restricción clórica:

 

Cada persona es diferente

Lo primero que debemos comprender es que no todo el mundo es igual. Nuestro metabolismo no es igual, nuestra genética no es igual y no comemos igual, ni en las mismas circunstancias. Esto, que parece tan obvio, es lo que olvidan miles de personas que deciden seguir la ultima dieta de moda o la misma dieta que su amiga. Si de verdad necesitamos perder peso debemos acudir a un profesional que valore adecuadamente nuestro problema y circunstancias personales y nos proporcione un tratamiento personalizado.

 

Efecto rebote

Por si esto fuera poco, la mayoría de las veces, aunque se consiga bajar de peso con la dieta, en unos meses, el temido “efecto rebote” hace su aparición y volvemos a recuperar el peso perdido. Esto ocurre porque al disminuir el consumo de energía el ritmo metabólico también cae y el cuerpo reduce al mínimo las funciones básicas.

Si queremos mantener un peso saludable debemos cambiar de hábitos. Esto no es ninguna novedad, todo el mundo lo ha oído alguna vez, el problema es que no es fácil. Desconfía de las soluciones rápidas en este tema, si existiesen, se sabría.

 

Efectos secundarios en nuestra fuerza de voluntad

En tercer lugar, podemos considerar diferentes estudios, como el Experimento Minesota que analizan los cambios que se producen cuando las personas se someten a una dieta hipocalórica. Estos estudios apuntan en una dirección: cuando las personas restringen su ingesta comienzan a obsesionarse con la comida y sufren una serie de alteraciones psicológicas, emocionales y de personalidad.

Relacionado con lo anterior, debemos tener claro que, cuando restrinjo mi alimentación, mi cerebro no funciona igual y tampoco mi auto-control. Por tanto, ponerme a dieta favorece que se reduzca mi capacidad de auto-control y corro el riesgo de acabar saltándome la dieta o dándome un “atracón”. Es la pescadilla que se muerde la cola.

porque no adelgazo

Incapacidad de mantener nuestro compromiso

Por último, merece la pena considerar lo que podemos llamar efecto “de perdidos al río”.  Imagina que decides perder peso y, para ello, te comprometes a hacer deporte y disminuir el número de calorías diarias. La primera semana todo marcha bien y mantienes tu compromiso pero, la segunda semana, las cosas comienzan a complicarse. Antes o después acabarás saltándote la dieta  y, en el momento en que lo hagas puedes decidir que ya que has mandado la dieta al carajo, bien puedes cenar pizza…y helado.

 

Algunos consejos

  • Primero de todo, deja de hacer dietas milagro. Si crees que necesitas perder peso acude a un especialista. Te sorprenderías de lo que puedes conseguir con una dieta adecuada y sin pasar hambre.
  • Haz cinco comidas al día. Además de evitar el hambre, diferentes estudios han demostrado que repartir la ingesta en varias comidas ayuda a controlar el peso.
  • No existen alimentos prohibidos. No te engañes, eliminar alimentos de la dieta solo contribuye a que nos obsesionemos.
  • Como despacio, sentado a la mesa y, a ser posible, sin distracciones. Esto te ayudará a ser consciente de las sensaciones de hambre y saciedad que demasiado a menudo pasamos por alto.
  • Si sientes que la comida es un problema y te domina busca ayuda. A veces merece la pena buscar consejo profesional antes de que la situación se nos escape de las manos.

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