TRASTORNOS DE LA CONDUCTA

Las conductas agresivas, desafiantes, de oposición o rabietas son habituales en los niños como parte de un desarrollo normal. Sin embargo, cuando estas conductas son frecuentes, exageradas y permanecen a lo largo de mucho tiempo podría ser aconsejable acudir a un profesional.

En la mayoría de los casos estas conductas desaparecen fácilmente y en poco tiempo con terapia de modificación de conducta.

Desobediencia

Una consulta frecuente es como tratar a un niño desobediente, conducta habitual que  puede ir o no acompañada de otras conductas (negativismo, rabietas, etc.) Es necesario valorar la situación y las características del niño para tomar las medidas oportunas.

Negativismo

Entendemos como negativista aquel niño que muestra una oposición activa pero no agresiva. Una de las posibles causas es el aprendizaje. Ante una actividad que no le resulta agradable el niño puede oponerse si, el resultado de esa oposición es que, efectivamente el niño se libra de llevar a cabo la tarea, aumentará la probabilidad de que la conducta se repita en otras ocasiones. Con el tiempo, el niño aprende que su conducta sirve para evitar esas tareas y su ocurrencia aumentará.

Rabietas

Las rabietas son normales en los niños pequeños, pero estas conductas deberían ir remitiendo hasta desaparecer sobre los 5 años. Sin embargo, como en el caso del negativismo, algunos niños han aprendido que tener rabietas es una forma eficaz de alcanzar sus deseos, de modo que esta conducta se mantiene.

El consejo general, por tanto, es hacer caso omiso cuando se produce una rabieta, actuando con firmeza y negando el capricho.

Conductas agresivas

La agresividad es un problema común que frecuentemente deben enfrentar padres y profesores.  Un comportamiento excesivamente agresivo en la infancia puede llevar a una mayor probabilidad de fracaso escolar y otras patologías, debido a las dificultades que estos niños pueden encontrar para socializarse y adaptarse a su ambiente.